El alcoholismo está mundialmente reconocido como una enfermedad caracterizada por la necesidad compulsiva de beber, que se puede controlar, pero no curar. Es una enfermedad progresiva, la cual simplemente empeorará si la persona sigue bebiendo.
La única manera de detener la enfermedad es una abstinencia total. El alcoholismo afecta a toda la familia; de hecho, toda persona que esté en contacto con el alcohólico es afectada. Desafortunadamente, la única persona que puede hacer que el alcohólico deje de beber es la misma persona alcohólica.
Cuando acepto que el alcoholismo es una enfermedad, me es más fácil reconocer que también yo he sido afectada por algo que está fuera de mi alcance y empezar a recuperarme de esos defectos.
“Sea que el alcohólico logre o no la sobriedad, este es momento propicio para que los familiares comiencen a lograr su propia recuperación.”
La recuperación personal puede tener repercusiones fuertes en toda la familia. Al preocuparme por mí mismo, es posible que al mismo tiempo esté ayudando, más de lo que piense, a seres queridos que sufren por esta enfermedad de la familia.
“Si una persona se pone bien, toda la situación familiar mejora.”
Comité de zona Barranquilla: 315 744 4197
Comité de zona Bogotá: 305 857 0192 – (1) 248 9317
Santa Marta: 323 579 3832
Popayán: 311 746 1487
Comité de zona Cartagena de Indias: 318 607 8311
Comité de zona Medellín: 301 644 7669 – (4) 512 2410
Santiago de Cali: 318 752 0380
Bucaramanga: 318 386 5707
Línea gratuita nacional fuera de Bogotá 018000121920
Línea directa Bogotá OSG (1) 3458943