Nieto en un hogar alcohólico

"Cuando mi hijo se emborrachó, se peleó con su jefe y perdió el empleo dos días después del nacimiento de mi nieta, trate de encontrar una justificación: era la tensión. Me ofrecí a ayudarlo monetariamente hasta que encontrara otro empleo. Me dije que el hecho de ser padre lo ayudaría a madurar y que les debía a todos ellos hacer lo posible para facilitar la transición. Un año después, todavía pagaba yo las cuentas. Me destrozó el corazón ver el vacío y la confusión en los ojos de mis nietas, en medio del caos en su casa al escuchar a mi hijo gritarles a una edad tan tierna e inocente. Durante un tiempo, el dolor fue tan grande que traté de permanecer alejada, pero no podía negar el impulso de rescatar a esas niñas tan dulces. Intenté ponerme en contacto con diversos servicios sociales, pero nadie podía hacer nada. "